Desde 2015, la Universidad ha implementado diversas acciones para mejorar la eficiencia energética y optimizar el uso de la electricidad en todas sus operaciones. Estas medidas incluyen el apagado manual de salones en función de la programación de clases, la sustitución de equipos de alto consumo como chillers y sistemas de bombeo, y la conversión de la iluminación convencional a iluminación LED. Además, se han incorporado energías renovables y medidas pasivas en nuevos edificios y remodelaciones. Estos esfuerzos no solo han reducido significativamente el consumo de energía, sino que también han reafirmado el compromiso de la Universidad con la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental.